CONSEJOS DE UNA PSICOLOGA PARA LA VUELTA AL COLEGIO
LA IMPORTANCIA DE LA RUTINA
Como ya sabemos, la vuelta al cole, a los institutos y al trabajo es dura en muchos casos, tanto en l@s adult@s como en l@s niñ@s y l@s jóvenes. Venimos de un período vacacional largo, sobre todo en el caso de los estudiantes y supone un cambio de hábitos, de rutina, de vida. Como ya sabemos, el ser humano es un animal de costumbres y hábitos, nos encontramos mejor cuando tenemos unos hábitos en cualquier parcela de nuestra vida, que cuando no tenemos hábitos ni rutinas. Por esto, nos cuesta acostumbrarnos a los cambios en general y más cuando tenemos que dejar a un lado actividades que nos gustan. Por ello no es raro que durante un tiempo notemos que no nos sentimos igual que cuando estamos habituados a una rutina, que nuestro humor y estado de ánimo cambie o que nos estresemos más fácilmente que en otros momentos del año.
EFECTOS QUE PRODUCEN LOS CAMBIOS
En primer lugar, en cada persona y en cada situación las manifestaciones de este proceso son distintas, es decir, en unas personas habrá unas manifestaciones y en otras, habrá otras al igual que ocurre con el nivel de malestar o interferencia que genera en cada persona, esto es, a unas personas les afectará más y a otras menos, como todo. No obstante, es muy común y genérico que tendamos a estar más irritables y cansados de lo habitual, tristes, apagados y sin ganas de ir a trabajar o al cole.
En el caso de los peques, suele mostrarse esa irritabilidad en que pueden coger más rabietas de las habituales o contestan peor en el caso de los adolescentes, dormir peor, comer menos o por el contrario más compulsivamente porque están más nerviosos por los cambios a los que se enfrentan, ya que en su caso, se trata de un nuevo curso, a veces nuevo profesor/a, compañeros/As, ciclo, centro, en otros casos. Todo esto, repercute en su estado de ánimo, es normal que estén nerviosos, irritables, más enfadados o incluso tristes porque sus vacaciones han terminado y eso implica que pasan menos tiempo con amigos y con papa y mama, que no pueden jugar tanto tiempo y que tiene que hacer cosas que no les apetecen como los deberes. Si lo pensamos, es justo lo que nos pasa a los adultos/as, pero en el caso de los niños y jóvenes tenemos que contar además con su nivel evolutivo, es decir, ellos no tienen la madurez necesaria para enfrentarse a muchos de estos cambios de la mejor forma posible y es por eso por lo que tenemos que ayudarles.
PAUTAS Y CONSEJOS PARA LA VUELTA A LA RUTINA
Lo primero que tenemos que intentar es relativizar la situación y sobre todo hacer de MODELOS. Sabemos que nuestros hijos repiten nuestras conductas por lo que, si nosotros adoptamos una actitud negativa hacia nuestra vuelta a la rutina, quejándonos de los madrugones, maldiciendo el día que volvemos de las vacaciones, es muy normal que ellos hagan lo mismo, primero porque lo aprenden y segundo porque si lo hacen los adultos será porque está bien hacerlo. Así pues, el primer paso es normalizarlo e intentar llevarlo nosotros lo mejor posible con una actitud positiva, que no idílica y falsa. La vuelta a la rutina también tiene cosas positivas y es importante que se recuerden y se transmitan.
También es importante anticipar la vuelta a la rutina, informarles de cuándo vuelven al cole y al insti o a las extraescolares. Ocultar información solo empeora el proceso de adaptación. Imaginemos en los adultos que no sabemos cuándo hemos de volver al trabajo y nos avisan el día antes de ello. Seguramente nos frustrará, la incertidumbre y falta de información en cualquier persona son negativas y nos adaptamos mejor de forma progresiva. No nos podemos olvidar de la importancia de anticipar los horarios que tendrán durante el curso, tanto de comidas como de sueño.
Por otro lado, deberíamos hacerles partícipes de la elección de actividades extraescolares, de la planificación de su horario, de la compra de materiales, etc.
Reforzarles ya sea con halagos o con alguna actividad que les guste como salir a jugar esa tarde al parque, jugar a un juego que les guste, leerles un cuento, etc. Es fundamental en edades tempranas que el refuerzo sea a corto plazo.
Ajustar las expectativas del nuevo año, debéis informarles de que al principio es un curso nuevo y puede costarles un poquito más, pero que luego se acostumbrarán, al igual que se han acostumbrado en previos cursos, seria muy positivo si podemos recordarles algún episodio concreto que vivieron años anteriores.
No hay un tiempo estipulado de adaptación, ya que éste depende de las expectativas que tengamos con respecto al nuevo curso o trabajo, cómo hayan sido nuestras vacaciones, la personalidad de cada uno, las circunstancias que nos acompañan o las estrategias de afrontamiento con las que contemos, pero de promedio se considera que este proceso dura unas 2-3 semanas. Si vemos que llevamos mucho más tiempo con estas manifestaciones y que nos genera mucho malestar la vuelta a nuestra rutina quizá tengamos que replantearnos qué está generándonos tanto malestar e intentar solucionarlo. Y si esto continúa pues buscar ayuda profesional para que te orienten y solucionar este problema.
CONSULTAS Y DUDAS
Preguntanos lo que quieras y te contestaremos el domingo 6 de octubre de 16:00 a 17:00 en nuestro programa de radío FELICIDAD DENTRO DE LA FAMILIA en la 107,0 de Onda Cabanillas. A partir de día 7 de octubre pondremos las respuestas de tus consultas en este blog
Buenas tardes. Mi nombre es María. Mi hijo de 5 años no quiere ir al colegio, no quiere desayunar y es una autentica pelea llegar a tiempo. Estoy desesperada. ¿Qué puedo hacer?
Buenos días, María. En primer lugar, es importante tener en cuenta la edad y el nivel evolutivo de tu hijo, 5años, dado que no actuaremos igual con un adolescente que con un niño pequeño, como es el caso de tu hijo. Es normal que al principio le cueste la vuelta al cole y no quiera ir, dado que su rutina durante las vacaciones ha cambiado. Yo te recomiendo que le ayudes en su vuelta a la rutina, esto implica que le digas qué esperas de él muy concretamente, por ejemplo, “quiero que cuando vayamos al cole no te tires al suelo ni patalees” y al revés, es decir, se trata de que le digamos cuál va a ser la consecuencia de que realice ese comportamiento que le pedimos y cuál va a ser la consecuencia de que no lo realice: “si lo haces, te contaré un cuento que te guste justo después de recogerte del cole y si no lo haces pues no te contaré el cuento”. Es esencial en niños tan pequeños tener paciencia, que la consecuencia sea casi inmediata, y no pasado mucho el tiempo, y estipular muy bien lo que esperamos de ellos y lo que no, a la vez que ser conscientes de que cuando son tan pequeños no gestionan sus emociones como los adultos porque su nivel evolutivo no es aún como el nuestro, por lo que expresar frustración, tristeza o enfado pataleando no es algo grave, se convierte en problemático en función de la frecuencia, intensidad y duración de estas rabietas.
Por último, comentarte que estas pautas son generales, cada caso, situación y niño es distinto. Espero haberte ayudado, un saludo.
Hola. Me llamo Juan. Mi hija va 1° de la ESO y no quiere que la vean conmigo cuando la llevo al instituto. Es normal?
Hola Juan.
Este tipo de conductas son frecuentes en adolescentes, como es el caso de tu hija. En esta etapa se producen cambios y fenómenos referidos a un egocentrismo social que se manifiesta en los fenómenos denominados “fábula personal” y “audiencia imaginaria”. La fábula personal consiste en que la persona cree que el mundo, la gente o los sucesos que acontecen a su alrededor giran en torno suya y la persona actuaría en base a ello que, por otro lado, no deja de ser una percepción suya que no tiene por qué ser real y que, en la mayoría de los casos, de hecho, no lo es.
Con la explicación de estos fenómenos no estoy alegando que esto le suceda a tu hija, no puedo saberlo, pero en caso de ser así es algo normal en esta etapa y la recomendación que te hago en tu caso es preguntarle directamente a tu hija por qué no quiere que le vean contigo, explicándole tu percepción. Una buena forma de hacerlo sería la siguiente: “Cariño, últimamente me da la sensación de que no quieres que te vean conmigo, ¿es así? Y de ser así, me gustaría que me dijeses por qué.” Tu hija es libre, por otro lado, de darte o no las explicaciones pertinentes, pero en este sentido la comunicación es importante.
Espero haber ayudado, Juan, un saludo.
Hola me llamo Milagros. Mi nieto de 10 años no me hace caso cuando le digo que tiene que hacer los deberes. ¿Cómo puedo imponerme?
Buenos días, Milagros.
Lo primero de todo “imponerse” en ningún caso es una forma adecuada para que alguien nos haga caso, sino todo lo contrario, genera en muchos casos el efecto contrario. Yo te recomiendo que le preguntes directamente por qué cuando le pautas realizar los deberes no se pone a hacerlos y le escuchemos porque en función de la razón que nos dé, nuestra actuación ha de ser una u otra. Por ejemplo, si no hace los deberes porque prefiere jugar con la consola, que por otro lado es normal, una posibilidad sería pautarle tiempos, una rutina horaria en la cuál a unas horas, en una franja horaria, hace los deberes y en otra juega a la consola. En cambio, si la razón es que tiene dificultades en la realización de estos, porque necesita ayuda, nuestra actuación sería otra, como puede ser ayudarle tú u otra persona, pero en todo caso lo primero es averiguar la razón o razones de por qué no los hace y para ello, el primer paso es preguntarle, teniendo en cuenta que tiene 10 años, por lo que puede ser o no consciente de estas razones.
También es importante saber si solo le pasa contigo o no, en qué situaciones ocurre, si es siempre o solo a veces, de cara a averiguar lo que está pasando. En cualquier caso, en base a sus respuestas y lo que observemos vamos a actuar de una u otra forma, siendo importante la comunicación y el diálogo.